Cámaras lumínicas de configuración de amor

Las Cámaras de Configuración de Amor llevan el amor divino a las células del cuerpo físico, así como a los cuerpos emocional, mental y espiritual. Es por la multiplicidad de sus usos y la singularidad de su contenido que se dedica un capítulo entero a estas cámaras.

Tal vez sea el amor la única fuente de sanación; al menos la sanación debe realizarse con amor si se quiere que marque de verdad la diferencia. La sanación clínica sin amor ni cariño puede que a veces alivie los síntomas, pero no creo que con ella verdaderamente se opere un cambio profundo y duradero con respecto de la fuente de los problemas.

¿Cuántas personas experimentan en su vida la pureza y la dulzura del amor desprendido con un mínimo de consistencia? Lo cierto es que las hay y, sin embargo, parece que en esta época de la Tierra el amor divino es aún la excepción antes que la regla. Esta afirmación no pretende señalar a nadie con el dedo, sino mostrar un área en la que necesitamos evolucionar como especie.

El amor divino se puede definir como:

  1. Amor puro ofrecido sin esperar nada, sin motivos ocultos, culpa, manipulación o «descarga» sobre otras personas;
  2. Amor entregado como producto natural de la naturaleza esencial del yo que se preocupa de los demás sin necesitar una razón;
  3. La respuesta natural a la contemplación de la esencia de otra persona, animal, planta o cualquier otro elemento de la creación, y
  4. La esencia de Dios/Diosa que fluye a través de todo lo que existe.

La sociedad actual enseña que el amor se define mediante sentimientos tales como preocupación por las personas, miedo a perderlas, requerir la presencia de otros a fin de sentirse bien o a salvo, algo que se siente hacia los demás cuando éstos satisfacen las necesidades de uno, lo valoran o le dan lo que quiere, decir a alguien que es insoportable vivir sin su presencia, tener pena y lástima de los demás. Esta última descripción es lo que la mayoría llama amor, o los síntomas del amor.

Hace poco un cliente vi no a mi casa para recibir un intensivo privado de sanación durante tres días. Atravesaba un mal momento emocional a raíz de ciertas situaciones laborales y se encontraba atascado en el «pobre de mí». Tuve que adoptar el papel de portarme con dureza por su bien si quería que las sesiones llegaran a buen puerto. Después de una de las sesiones sonreí y, mirando a sus ojos grandes y tristes, le dije:

«Te quiero». Contestó: «A veces yo no estaba tan seguro». Le dije: «Eso es porque te quiero. No me das pena». Entendió a la primera lo que quería decir y me dijo: «Creo que no conocía la diferencia. Siempre he querido que me tengan lástima».

Darse cuenta de eso fue muy importante para él.

La sociedad enseña a lanzarse a la búsqueda del amor jugando al «pobre de mí», a las «penas en compañía» y a decir: «¿A que es horrible?», relacionados estrechamente. ¿Recuerdas algún momento en que se te acusara o que acusaras de amar poco y ser insensible a alguien que no sintiera pena por alguien y no dijera «pobrecito»?

Lo cierto es que sentir compasión por alguien es una forma de quitarle poder. Consagra su impotencia e incapacidad de ayudarse a sí mismo. Esto no significa que debas ser frío y distante, significa: no dejes de amar, ten compasión pero no niegues a otros la capacidad de aprender, crecer y cambiar su vida al sentir pena por ellos.

Existe bastante diferencia entre las definiciones de amor divino y las definiciones que la sociedad da al «amor». Seguro que ya de muy niño aprendiste que si querías amor tenías que hacer lo que tus padres querían y esperaban de ti. 0 te adaptabas a ese comportamiento o te rebelabas, rechazando así el amor. En cualquier caso, se redujo tu capacidad de recibir amor divino, o bien quedó completamente bloqueada a causa de entregarte al juego de competir por la energía y la atención de los demás.

Ya de adulto, el no haber entendido la naturaleza del amor se traduce en esperar cosas poco realistas de la pareja y los amigos. Si alguien no te hace caso cuando crees que debe hacerlo, supones que te ama poco. Si tu mejor amiga conoce a una nueva amiga, te sientes menos querida y celosa porque ella debíaconcederte toda su atención. «Él» no te coge de la mano ni te besa cuando tú quieres y le acusas de que te ama poco porque no se anticipa a lo que quieres y necesitas.

Hoy la mayoría de las personas han olvidado que los seres humanos deben elegir pareja y amigos íntimos entre aquellos con quienes sean compatibles. Aquellos hacia los que se sienta amor y cariño de modo natural y que de modo natural correspondan a esos sentimientos. Antes al contrario, hay muchos que no hacen más que entablar relaciones ligadas al sexo o amistades con personas antes de conocerlas, antes de que cada uno comunique al otro sus necesidades y deseos, antes de que se establezca una mínima compatibilidad.

Después les duele que el modo de amar del otro no responda a sus expectativas en lugar de verlo simplemente como otra manera de amar, echan culpas y acusan a los demás de amar poco. Puede que algunos amen poco y puede que no. Si estos procedimientos y actitudes te son familiares, es importante que te des cuenta de que es tuya la responsabilidad de utilizar el discernimiento y de elegir con más juicio.

Un hombre muy cariñoso me dijo una vez: «No quiero verme en medio de ninguna relación en la que alguien sea minusvalorado. Debemos apreciarnos unos a otros, y si no somos capaces de ello con ciertas personas, no deberíamos relacionarnos con ellas». Seguro que habrás aprendido lecciones parecidas.

A causa de estos dilemas sobre el amor, así como de muchos otros, es posible que hayas renunciado a tu capacidad de recibir amor divino, así como a las otras cosas que se han dado en llamar amor. Puede que incluso tengas miedo de aceptar la alegría del amor verdadero porque lo asocies estrechamente con ceder el control, sentir dolor y desilusión o volverse dependiente.

El amor en su forma pura no tiene que ver con el miedo, la resistencia, la contracción, la pérdida, el control, el dolor o la dependencia.

Cuando lo que llamas amor provoca estas desgracias debes asumir la responsabilidad de examinar tu discernimiento o esas vibraciones de tu interior que magnetiza ron la situación o la persona hacia ti.

  • ¿Qué clase de expectativas injustas o poco realistas tienes?
  • ¿Llegaste a conocer lo bastante a la persona para averiguar si era cariñosa o desprendida antes de entablar una relación?
  • ¿Crees que mereces amor y que alguien acepte el tuyo?
  • ¿Eres capaz de dejar que el otro sea quien es de verdad o crees tener el derecho de obligar a cambiar a las personas según tus necesidades?
  • ¿Te gusta la persona en los momentos que es ella misma y actúa de modo natural?

Si sientes la necesidad de profundizar en estas cuestiones y comprenderlas mejor, recomiendo un pequeño libro de Erich Fromm llamado El Arte de Amar.

Las Cámaras de Configuración de Amor te volverán más abierto para recibir el amor divino. Facilitarán que éste te sane y suavice tu resistencia, favoreciéndote en el futuro un mayor discernimiento que te permita saber a quién y qué admites en tu vida. También te llevarán a sentir más amor y a que te sientas más amado. Pueden hacer de ti una persona mejor sólo en virtud del hecho de experimentarlas si estás dispuesto a ello.

Durante las sesiones de cámara, el amor divino te rodeará y te llenará, procedente de varios Seres de Luz, así como del Padre Dios y la Madre Diosa. Puede que sientas que su amor te toca el corazón y entra en tu cuerpo. Aunque cada tipo de Cámara de Configuración de Amor tiene un enfoque y una intención ligeramente distintas, todas ellas atraen el Amor Divino.

Las sesiones de Cámara de Configuración de Amor empiezan con los mismos ocho pasos ofrecidos en el capítulo 9 para la apertura de cualquier sesión de cámara. Una vez completados estos pasos, invoca la Cámara a tu alrededor.

Luego, deberás indicar qué tipo de Cámara de Configuración de Amor deseas:

  1. Unificación,
  2. Angélica y Arcangélica,
  3. Divino Femenino,
  4. Divino Masculino o  
  5. Yin/Yang.

Las secciones siguientes explican las funciones específicas de cada tipo de Cámara, guiándote en cada una de las sesiones individuales.

Se recomienda que esperes un mínimo de ocho horas entre cada una de las sesiones de Cámara a fin de experimentar plenamente los contrastes entre ellas. Todas las sesiones de Cámara de Configuración de Amor duran de treinta minutos a una hora.

Puedes indicar la duración si lo deseas; sin embargo, siempre que te resulte factible, opta por el tiempo máximo.

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